El compromiso es el KPI invisible: por qué el control se queda corto en la transformación organizacional

El compromiso es el KPI invisible: por qué el control se queda corto en la transformación organizacional

Un nuevo estudio regional de Integralys Consulting Group destaca que el compromiso colectivo es el verdadero motor de los resultados sostenibles, desplazando a los modelos tradicionales basados en el control, los reportes y los tableros de gestión.

El análisis revela un gran desafío para las empresas latinoamericanas:

  • El 91% de las organizaciones en LATAM está en procesos de cambio estructural.
  • Sin embargo, más de la mitad de los colaboradores no siente que forma parte activa de esa transformación.

«Las empresas están cambiando, pero muchas veces sin las personas,» resume el informe, señalando que el control solo genera cumplimiento, mientras que el compromiso genera evolución.

Ignacio Martínez Escalas, Head de Integralis Consulting, subraya la diferencia fundamental: «El control genera cumplimiento. El compromiso genera evolución».

La presión y el control pueden lograr metas a corto plazo, pero no aseguran la sostenibilidad. Los datos respaldan esta visión:

  • El Modelo de Desarrollo Integral (MDI) de Integralis muestra que los equipos con alta alineación (emocional, funcional y sistémica) logran resultados 30% más sostenibles en el tiempo, incluso bajo incertidumbre.
  • El 71% de las compañías en LATAM no capitaliza los aprendizajes de un proceso de transformación, volviendo a patrones rígidos.

Integralys propone dejar de medir solo lo tangible (ventas, eficiencia) para enfocarse en el compromiso real, el cual es un factor predictivo del rendimiento.

  • IOOS (Integral Operating Organizational System): Esta metodología de Integralis permite medir el compromiso y convertirlo en una práctica observable.
  • Diseñar el Compromiso: «El compromiso no se puede imponer, pero sí se puede diseñar, cultivar y sostener,» afirman desde la consultora. Al hacerlo, las organizaciones reducen la necesidad de control y multiplican la autonomía y la eficacia colectiva.

El futuro de la gestión implica rediseñar la energía de los equipos, reemplazando la vigilancia por confianza, y el control por propósito y autonomía, haciendo del compromiso el «KPI invisible» que predice el éxito a largo plazo.

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